Farinato

Uno de los buques insignia de la gastronomía charra es el farinato. Allí donde la materia prima del cerdo ibérico tiene una fama sobresaliente, nace una delicia anaranjada que nada tiene que ver ni con la sobrasada ni con el chorizo de toda la vida.

En toda Salamanca saben muy bien qué es el farinato, sobre todo en la comarca de Ciudad Rodrigo, de donde es originario. Cuando el frío apretaba en invierno, las familias charras hacían las matanzas de los marranos aprovechándolo todo. También la grasa, que la utilizaban para hacer un manjar exquisito que quitaba el frío más que las estufas. Conocido desde entonces como “el chorizo de los pobres”, ahora ya tiene un papel muy destacado en diversas recetas culinarias.

Su preparación tradicional era sencilla: se arremangaba y amasaba la grasa del cerdo antes de echarla a aquella cazuela que resistía con firmeza el envite de los años. Allí se derretía la grasa, entre cebolla, ajo, comino y sal. Se añadía el pan duro del día anterior y pimentón. El aguardiente y/o el anís eran imprescindibles. La mezcla se amasaba después en una encimera de madera, y se dejaba reposar hasta que se embutía en las propias tripas del cerdo. A los quince días, ya se podía dar buena cuenta de este embutido estrella y su sabor fuerte e inconfundible.

Huevos con farinato

Ingredientes:

• 2 huevos por persona
• 2 o 3 rodajas de farinato por persona
• Aceite para freír
• Pan para mojar (opcional)

Preparación:

1. Le quitamos la tripa al farinato y lo partimos en rodajas de unos 2 dedos de grosor. Lo aplastamos ligeramente.

2. Ponemos una sartén al fuego.

• Si es antiadherente, no hará falta añadirle aceite (bastante grasa tiene el farinato ya él solito).
• Si no es antiadherente, usaremos solo unas gotas de aceite de oliva que extenderemos con un pincel de silicona para que no se pegue.

3. Pasamos el farinato por la sartén, dorándolo por ambas caras. Reservamos.

4. Freímos los huevos y servimos recién hecho.

¿Lo mejor? Romper los huevos y comer la yema mezclada con el farinato, ¡ñam!

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