La salvaje violación y muerte de Abigail hace un par de días, puso en vilo al pueblo tucumano. Curiosamente de parte de un grupo de vecinos se dio rienda suelta a la búsqueda de justicia por mano propia, la vida por la vida. La ausencia de límites, la ausencia de justicia.
Distintas denuncias, búsquedas de rastrillo desesperadas por parte de vecinos, a los cuales se sumaban desconocidos. "Justicia por mano propia".
El código de Hammurabi, con su famoso ojo por ojo, correspondería a una analogía del momento.
Bronca, dolor ¿y la justicia?
Hoy, luego de 3 días, en El Manantial, en medio de los cañaverales fue encontrado el (hasta ahora) supuesto culpable. Enlazado en el cuello, en las manos, pasado por el machete, golpeado, apuñalado, asesinado.
El hombre es lobo del hombre, y la realidad marca que hoy Tucuman es un poco peor de ayer. Tierra librada al azar por el poder político, parte integral de una especie de reino feudal pero con los ojos tapados.
Víctima y victimario muertos, ¿es la venganza la nueva justicia? Y mientras tanto, la prensa, como si fueran esas imágenes que estudie para 1920, regocija el sensacionalismo, el morbo y acrecienta visitas a su sitio con fotos del linchamiento.
Mozo, ¿la cuenta por favor?
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