El Gulag en vigencia

Leyendo el Archipiélago Gulag uno se da cuenta de que las cosas no cambian mucho con el tiempo.

Los ladrones comunes son enemigos de la propiedad privada, así que para el socialismo son casi compañeros de ruta. Sólo que "políticamente inestables" según sus teorías y "basta con habituarlos al trabajo productivo para encausarlos". Es más, para ellos el origen de la delincuencia era la lucha de clases y no habiendo estructura de clases entonces dejarían de existir los delincuentes. ¿Qué hacer con los que siguen delinquiendo entonces? Renombrarlos como "socialmente allegados". Así de delirantes.

En el Archipiélago Gulag hay un capítulo entero dedicado a los delincuentes con viarias citas a Marx, Lenin y Stalin, además de muchos ejemplos de cómo esa teoría fracasaba de plano al ponerla en práctica: Prostitutas que se hacían el pino con soldados y dirigentes del campo, ladrones que robaban a los "Artículo58" (los encarcelados por ser "antisoviéticos") y luego repartían las ganancias con los celadores, etc.

No es de extrañarse que la actual izquierda chilena quiera indultar a todos los que saquearon, quemaron y destruyeron PYMES en Chile. Aún siendo delincuentes para ellos son "presos políticos". No mienten, porque se lo creen de verdad.

Es más, llamar "fascista" a todo el que no concuerde con las ideas revolucionarias proviene del mismo lumpen en los campos del Gulag. Así llamaban los delincuentes comunes a todos los kaers (contrarevolucionarios), pero como la revolución perdía fuerza con el paso de los años, a las autoridades les agradó usar "fascista" como un término infame para llamar a los "enemigos del pueblo". Aleksandr Solzhenitsyn le dedica otro capítulo a cómo los términos de los Campos de Trabajos Forzados se adoptaban en el ruso de la calle, sobre todo entre los más jóvenes.

Ese tampoco es un fenómeno aislado, en Chile se le llama "Coa" al lenguaje carcelero, y es normal que muchos de esos términos terminen adoptándose por el resto del país. Perdura hasta nuestros días llamar "facho" a todo el que piense distinto a la religión comunista, da lo mismo si lo que quieres es más libertad y un estado más pequeño, justamente lo contrario a "todo dentro del estado, nada fuera del estado, nada en contra del estado" de Mussolini.

Por eso me niego a aceptar semejante "mote" solamente por expresar mi opinión en contra de políticas estatistas, y hasta me molesta un tanto cuando hay quienes no siendo de izquierdas lo asumen "a mucha honra". La izquierda manipula el lenguaje a su antojo, y el resto en un gran error lo subvestima y hasta lo adopta.

Todavía parece no darse cuenta de lo importante que es la narrativa, incluso por sobre los datos. Estos mismos no fueron suficientes para salvar el modelo chileno que tan buenos resultados nos trajo desde el regreso a la democracia.

Cierro este pequeño comentario mencionando cómo en muchos aspectos el Archipiélago Gulag no pierde vigencia. El autor, un ex-marxista que abrió los ojos al ver que toda esa teoría se iba al carajo en la práctica (y en carne propia, además), luego llamaba "imperforables" (cabezas de adoquín) a los que seguían siendo marxistas aún con toda la evidencia presente.

  • Alexandr en tren de un gulag a otro: "Mire la miseria por todos lados, 30 años de revolución y todavía hay gente muriéndose de hambre".
  • Marxista también preso: "Si... pero 30 años no es nada en términos históricos".

Incluso estando presos seguían defendiendo sus ideas, "que alguien cometió un error conmigo", pero el resto de encarcelamientos por el Artículo 58 si que eran justificados. "Estoy seguro de que Stalin corregirá el problema". Así esperaban hasta su muerte.

Discutir con gente así era una pérdida de tiempo entonces, y lo sigue siendo ahora.