Sin nada

Puedo destruir nostalgias desnudas
en palabras abruptas, pensamientos locos; 
entretenido en tamborilear un teléfono sobre una mesa
sin que nadie resulte herido, ese es mi sino;
soy un paseante de renglones torcidos sin destreza
en el que suena música vieja y oxidada como nueva.
¿Quién es el destructor del ocaso?
Un día hable con él, me descubrió el mundo al resultar roto,
pero ningún sentido tiene el caminar por un jardín de oro
si buscamos encontrar las miradas de aprobación del otro;


Entre locuras y momentáneas bombillas pasan las hojas
de la historia encontrada en un callejón sin salida;
drogado de sensaciones escuchadas por unos fajos verdes
y criticados por la mayoría de paseantes y navegantes
de un océano de criptomonedas resquebrajadas
para matar las sensaciones, y castrar la creatividad
en la sensación que uno que un día le llamaron loco
escribe detrás de esta pantalla